La
mire lentamente por mi mente paso una idea, seré mas joven pero mejor
que ella. Eso era imposible ya que ella siempre me dejaba sin aliento
después de follar como locas. Una idea se me paso por la cabeza a toda
velocidad allí en la clase estaba ella mi amor. Elena miro mi cara
observando mi preocupación, me cogió de las manos y miro a mis ojos con
cariños:
-si
me cuentas lo que te sucedes, te dejo ser la primera al penetrarme con
el gran consolador, todo eso esta noche entre las sabanas de nuestra
cama.
Una
gota de sudor callo lentamente por mi frente, es increíble que esta tía
solo pensaba en sexo las 24 horas del día. Trague saliva y la mire a
sus pequeños ojos tras esas diminutas gafas.
-en esa clase esta Érica yo…. Siempre la he querido.
Ella me sonrió acariciándome la cara:
Que va a tener esa chica que no tengas tú, eres más guapa.
Mire
el rostro de Elena y si le quitaba un par de años era mi vivo retrato,
era muy atractiva, era arrebatadora pero ella tenía algo que yo no
podría tener jamás:
-tú dices eso porque me quieres follar sin cesar. Le conteste.
Sus manos fueron directo a mis grandes pechos y los estrujo entre pequeñas risas:
-tú tienes unos enormes, pechos que yo lamería sin cesar. Pero los de ella son pequeños, no son de mi gusto.
Aparte las manos de Elena de mi busto, mire mis pechos tan grandes como melones o sandias. Me mire el escote críticamente:
Siempre he dicho que mejor pequeñas y divertidas que grandes y aburridas.
Elena se desespero al escuchar mi contestación y prefirió seguir unos pasos más hacia delante de mi encendiéndose un cigarro:
-Que
me dices de tu cintura y tu culito. Lo dijo echando el humo de sus
pulmones. Yo mire mi cintura y mire mi trasero. Respire lentamente y
tuve que contestarle.
-si Elena mi culo es más jugoso y suave.
Ella
se acerco a mí y me beso lentamente. Me miro a los ojos y me cogió una
pierna flexionándola con fuerza, mi rodilla pegada a su cintura, no
cesaba de acariciar mis muslos.
-Tus
muslos son deliciosos, mejor que esas ratificas piernas que ella gasta.
Ella me hizo que razonara un poco con sus palabras. Tenía razón era
deliciosa. Pero si Erika no era lesbiana jamás se fijaría en mí.
Llegamos
a la recta final de nuestro camino, ya estamos llegando a la entrada
del instituto. Ella entro con mucha confianza, yo entre tímidamente
pensando en cómo sería entrar en clase. Estábamos en el límite del
pasillo y el principio de mi nueva vida. Mi nueva identidad sería la de
Raquel la enchufada de la profesora porque soy su posible hermana. Al
entrar pude ver un montón de ojos mirándome de arriba abajo, yo les
observaba veía desde a Erika que estaba preciosa, veía a Jessica al lado
mi antiguo sitio esperándome. Me dolía tanto la mirada de soledad que
trasmitía. Podía observar a Susana la gótica, como a Carmen sonriéndose
con una mirada romántica en los ojos. Parecía que se deseaban la una a
la otra. Elena poso sus manos en mis hombros y me presento a mis
compañeros.
-chicos
quiero presentaros a Raquel mi hermana, espero que os comportéis con
ella. Yo suspire con fuerza pero con mucho cuidado no quería romper mi
apretado sujetador. Elena señalo mi antiguo sitio y me indico que me
sentara allí. Al lado de Jessica. Me acerque lentamente a mi nuevo sitio
bajo los atentos ojos de Jessica. Al sentarme sentí su enfado cuando
levanto la mano para poder hablar con la profesora. Elena le dio la
palabra y pudo hablar delante de la clase.
-Se
está sentando en el sitio de Carlos, donde esta? Preguntaba preocupada.
Elena comenzó a pensar en una buena escusa para darle.
-se ha ido de la ciudad. Contesto sin dejar hablar a Jessica. Ella se enfado bastante y me miro con furia.
-Guapa
ten cuidado a ver si te va a reventar una sandia que llevas hay. Esa
respuesta fue dura para darme cuenta de que no le gustaba que le quitara
el sitio a mi antiguo yo. Hora tras hora de clase mi mirada iba directa
a Erika, pase de tener fantasías en las que mi cuerpo masculino se
follaba heterosexualmente a ella a sexo lésbico por mi nuevo cuerpo. Al
mirar a mi profesora mi amante ella me respondía con un una sonrisa o
con un escondido beso. Al sonar el timbre del patio la clase se vació
rápidamente. Yo respire tranquila y me levante lentamente de mi sitio.
Elena me cogió de la cintura para no cesar de besarme. Eso me comenzó a
relajar bastante y le respondí con la misma pasión. Ella me aparto de su
cuerpo y me miro a los ojos.
ES UNA HISTORIA DE UNA AMIGA ES DE ELIZABETH THOR ESPERO QUE OS GUSTE AQUI OS DEJO EL LINK A SU BLOG NO OLVIDEIS COMENTAR ME AYUDARIA A SEGUIR A MI Y A OTROS AUTORES DE TG
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