lunes, 29 de septiembre de 2014

METAMORFOSIS DE HOMBRE A MUJER CAPITULO 18


MI NUEVA VIDA EN LA CAPITAL



Me encontraba sentado de copiloto junto a Franco quien atentamente había ido a esperarme al aeropuerto y me preguntaba detalles sobre mi viaje mientras yo le explicaba que era mi primera vez que viajaba en avión. . Veía como miraba mis hermosas piernas que asomaban por debajo del vestido que llevaba puesto en aquella tarde calurosa de verano, clima muy común en la capital a principios de febrero.
Desde el momento de haber amanecido misteriosamente convertido en una bellísima mujer aquella mañana del 21 de diciembre, sin saber como ni porque mi forma de actuar también se fue adaptando a esta nueva anatomía y casi sin darme cuenta comenzaba a sentirme y a gustarme el poder ser una mujer de verdad. El sentir la ropa interior femenina en mi piel me producía una sensación de bienestar que me excitaba de una forma diferente al que cuando era físicamente hombre. Era una situación muy difícil de entender y mucho más de poder explicar; lo que me producía el estar en una piel de mujer.
Al principio me costaba el acostumbrarme a usar faldas y vestidos cosa que fue cambiando con el transcurrir de los días y no me cansaba de contemplarme en el espejo y admirar lo preciosa que me veía vestido así tan femenina. También me sorprendía como se me había hecho habitual la habilidad de maquillarme con una destreza que ni siquiera yo entendía. Me gustaba verme y sentirme linda lo que me brindaba una seguridad en mi mismo que lo complementaba con los conocimientos adquiridos en mis años de universidad.
Si bien estaba nervioso por lo de mi estreno en mi forma de viajar, creo que también lo era por la nueva vida que se me venía en forma tan apresurada y tan abrupta. Este viaje había sido muy apresurado. Apenas si, había tenido tiempo de despedirme de mis compañeros de la sucursal del banco y de mi familia, iniciando un nuevo desafío en un puesto de gerencia al alero de Franco Polic, el hijo del dueño de toda una cadena de las empresas más importantes de este país. Sólo eso sabía de él, pero se había entusiasmado tanto en mi trabajo según el, que me convenció de irme a trabajar a la principal sede de su institución bancaria instalada en Santiago de Chile la capital de mi país, con una oferta de sueldo y garantías personales que era imposible negarse ante tamaño ofrecimiento.
Franco durante el trayecto aprovechaba de explicarme los detalles de lo que sería mi nuevo puesto de trabajo dentro de la empresa y de la cual era precisamente él prácticamente el principal jerarca, ya que su padre tenía otros negocios que atender.
Ahí me contó que tenía un hermano mayor que también estaba a cargo de ciertos negocios y que el estaba al mando del banco desde principios de este año solamente y que su experiencia no era muy buena en este tipo de negocios.
-Pero contigo creo que voy a respaldarme muy bien además esta Ambrosio el si tiene mucha experiencia en esto. Ambrosio lleva muchos años en el negocio es el segundo abordo después de mí- Me explicaba mientras conducía.
Cuando llegamos aun sector residencial de casas y edificios muy elegantes me indicó que ya estábamos cerca del apartamento que la compañía me había rentado.
Cuando nos detuvimos luego de ingresar a un estacionamiento de vehículos se acercó un conserje del edificio saludando con mucho respeto a Franco y a mí.
-Estas son las llaves del apartamento de la señorita. Esta en el piso 11. déjenme ayudarles con parte del equipaje- dijo el señor de nombre Manuel Era un tipo bajito, gordo y muy agradable.
Entre ambos me ayudaron con el equipaje mientras yo sostenía mi notebook, mi bolso de viaje y mi cartera. Subimos por el ascensor mientras el señor me indicaba las cosas con que contaba el edificio.
-Tiene piscina en el ultimo piso en realidad esta en la azotea- me indicó- y además un gimnasio. Que también esta en el primer piso junto con la sala de lavado.
Al ingresar a la que sería mi nueva morada casi se me sale un suspiro de admiración. El departamento que me habían alquilado estaba muy bien decorado femeninamente hablando, seguramente habían contratado a una especialista en el tema. Franco me pregunto si me gustaba el lugar.
- Esta super lindo- Y lo estaba. Ahora que estaba en ese lugar mas bien todo me parecía un sueño un sueño del que ahora no quería despertar jamás
Este apartamento, era demasiado pomposo para lo que yo estaba acostumbrado a conocer hasta ese momento. Tenía un dormitorio y un baño y medio, y reflejaba en un concepto ideal para mujeres solteras, según me explicaba Franco, mientras abría las cortinas. Si yo fuera una “mina pitúca” (niñita bien), entonces el sitio sería ideal para mí. Pude apreciar los colores, las texturas y el estilo, así como artículos de los muebles y las líneas de diseño creaban una sensación mas que elegante, también daban a los espacios compactos una sensación de amplitud, logrado a través de un fuerte énfasis en la transparencia y apertura en el diseño de los elementos individuales. Una escalera de caracol en el medio de la vivienda creaba una audaz declaración de espacio, al tiempo que mostraba un hermoso juego de luces.
Franco me hizo un ademán con la mano hacia la escalera antes mencionada para que subiera. Lo hice mientras una sensación de nerviosismo hacía que me temblaran un poco las piernas cuando creía sentir clavada su mirada en mis muslos al sentir sus pasos que me seguían al ir pisando los escalones en busca del segundo piso.
Me di la vuelta para mirar a Don Manuel que permanecía de pie abajo, creo que con su mirada clavada hacia mis piernas que desde el sitio en que él estaba situado debería tener un angulo muy privilegiado voyerísticamente hablando. y levantaba su brazo para despedirse.
- Señorita Alejandra , estoy a su disposición para lo que necesite. En el citó esta mi número de conserje.
- Gracias Don Manuel.
La planta superior estaba ocupada por el dormitorio, baño y vestidor, dando forma a un moderno cuento de hadas. Yo no paraba de sorprenderme. Franco me tomó de la mano y me condujo hacia al recamara. Quede sorprendido. Frente a la cama, la habitación se abría hacia abajo en la zona de comedor a través de cuatro ventanas sincronizadas, con una cortina.
-Esto es para cuando la discreción sea necesaria – dijo Franco con una sonrisa maliciosa. Momento en el cual volví a sentir ese cosquilleo que había comenzado a conocer desde que me había convertido en hembra al estar cerca de un hombre que me llamara la atención.
En el otro lado de la habitación, una ventana oval encerrada dentro de un nicho de asientos tapizados Chesterfield, creaba un efecto de tocador sensible y ofreciendo un enlace visual para el baño. La materialidad de la habitación se caracterizaba por los tejidos blandos: Una pila de espesor, la alfombra de terciopelo, cuero blanco, tapizado, una extensión diáfana y sin embargo, opulenta de la cortina, y el papel pintado con motivos de flores en la pared detrás de la cama, se compensaban y complementaban con muebles de dormitorio blancos.
- Esto es de verdad maravilloso para mí- me atreví a decirle mientras no paraba de sorprenderme al contemplar el lugar en que viviría.
El cuarto de baño contiguo estába rodeado por el gres porcelánico ejecutado en franjas horizontales, lo que generaba una sensación muy táctil. Un armario de baño con espejo de madera de roble blanqueado se extendía a lo largo de la habitación. Con sus puertas de espejo y múltiples compartimentos iluminados, se respiraba una sensación de abundancia el que ofrecía un generoso espacio de almacenamiento.
Resumidamente era un departamento tan grande y muy bien equipado. Nunca en mi vida había visto algo así. Estaba acostumbrado a vivir en una casa de villa de clase media la cual aun mis padres no terminaban de pagar el crédito hipotecario adquirido a 25 años plazo en un banco de la competencia. Me ponía super feliz el pensar que ahora ese era mi nuevo hogar y como un niño pequeño subía y bajaba revisando todo el lugar. Franco lanzo una sonrisa y dio vuelta la cara cuando me vio caer en la cama levantando mis piernas y agitándolas dando unos gritos de felicidad. Supuse también que en esas jugarretas infantiles que no podía evitar por la satisfacción que sentía le había enseñado toda mi intimidad. Creo que se sintió incomodo y me dejó solo aludiendo algún compromiso lo único que dijo era que este sería mi nuevo departamento, antes de que se fuese, me invito a salir yo por la emoción y sin pensar acepte me dijo que me diera un baño y que en unas 3 horas regresaría.
CONTINUARA....

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