lunes, 29 de septiembre de 2014

METAMORFOSIS DE HOMBRE A MUJER CAPITULO 20



CONOCIENDO A FRANCO


Luego del incidente en el restaurante, entre Franco y su exnovia, lo noté bastante nervioso. Su voz sonaba relativamente diferente, incluso lo vi beberse los tragos de una forma mucho más impulsiva. Era obvio que la situación le incomodaba. Pues cuando intentaba tocarle el tema, sobre cual era su situación real con Priscilla el me respondía con ciertas evasivas desviando la conversación hacia otros ámbitos. Sus ojos se desviaban de mi rada que intentaba leer e ellos la situación que lo aquejaba.
La cena continuó un tanto tensa mientras nuestra plática sólo se refería hacia materias laborales. Lo que también me favorecía a mí a quien tampoco me gustaba hablar de mi vida privada y mucho menos de mi pasado.
¿Cómo podría hacer el ridículo de contarle a Franco sobre quien era yo realmente? Tener que confesarle que esta preciosidad de cuerpo femenino que yo habitaba era solo gracias a algún hechizo cósmico o quien sabe a que cosa misteriosa más. Decirle que había amanecido sin saber como ni porque, convertido en esta bellísima mujer. Tenía yo, muy bien claro, que de mi pasado no podía hablar mucho. ¿De que pasado más podría hablarle si Alejandra Albanez solo existía para mí desde hacía un mes aunque todo el mundo pensará lo contrario? Toda mi vida anterior a ese mes que llevaba deambulando en este cuerpo, era aunque fuese difícil de creer, era el de un hombre.
Pensaría que yo era una loca de remate si le narraba toda esa verdad. Esa verdad que aunque hubiese alterado toda mi humanidad, me estaba favoreciendo positivamente en todo los sentidos a la vida que llevaba. Me abría las puertas ofreciéndome la posibilidad de lograr muchos éxitos profesionalmente y eso lo estaba disfrutando en todo lo que podía.
Al estar allí en aquel sitio elegante y cenado con un tipo poderoso e inteligente el cual creía en mi s habilidades profesionales y sentir las miradas de los demás clientes del lugar que bien sabía yo, admiraban mis formas físicas hacían incrementar esa seguridad que habia surgido junto a este cambio físico genérico que tantos dividendos me estaba otorgando.
Franco me preguntó.- ¿Te sientes linda?
¿Qué podía responderle? La verdad. Porque si, era cierto yo me encontraba linda. Si hace un mes atrás siendo hombre me hubiese topado en la calle o en cualquier otro lugar con una mujer con esta misma apariencia que ahora poseía, de seguro me hubiese dado vueltas para continuar mirándola hasta que desapareciese de mi alcance.
-No me has respondido Alejandra.
-¿Usted como me encuentra? - Me arrepentí de haberle preguntado eso. Consideré que era una pregunta demasiado atrevida como para hacérsela a al hombre que sería mi jefe
- Evitémonos las formalidades, tratémonos de tú a tú. Y en cuanto a tu pregunta, te la respondo si tu me respondes la que te hice- Me tomó las manos apretándomelas suavemente. Fue la primera vez que sonrió luego del incidente con su ex novia.
Creí que era mejor seguir el juego, ya que presumí que sería bueno para relajar el tenso ambiente que se había generado. Ese ambiente que ahora se estaba distendiendo gratamente y que al menos a mí me hacía sentir muy bien.
-Bueno- le dije- La respondo, si tú también me respondes, si te consideras un tipo “guapo”.
- Mira tú, ¿Quieres jugar al juego de la preguntas? Me parece bien. Empieza tú- Dijo mientras volvía a lanzar esa sonrisa retorcida que me hacía sentir esas cosas que no quería sentir pero que en este cuerpo de mujer no podía evitar. Sin duda en este tiempo había aprendido a conocer las debilidades de las mujeres y como conocía a la perfección la de los hombres (yo lo era) de aquí a algún tiempo podría convertirme en un almanaque en las artes de la seducción
-La verdad es que si creo que soy linda. ¿Tu que opinas?
-Si, tienes razón, y creo que no soy el único que opina tal cosa. En la presentación que hiciste en la Serena fue una opinión generalizada según supe. Dejaste encandilados a los tipos que asistieron a dicha presentación.
- ¿A sí? ¿Qué dijeron?- dije tratando como de coquetearle.
-Que eras una mezcla de belleza en inteligencia. Y tienen toda la razón.
-¿Entonces esa presentación fue la que me abrió puertas?
-Una de esas. Quizás hay otras cosas más que nos esta acercando.
-¿Qué quieres decir con sólo una de esas?
Franco desvió la mirada, como evadiendo la pregunta.
-¿Tu me consideras un tipo bien parecido?- me preguntó.
Tuve que situarme en el lugar de la mujer que era ahora y cuyo esfuerzo no me costaba nada el tener que asimilarlo para poder responderle con sinceridad. El verlo así que aunque vestía sport su ropa de marca y su perfume de calidad y ese semblante varonil con su forma de actuar suave y delicado pero de macho seductor, hacía que a este cuerpo de mujer, se le revolucionaran las hormonas
-Si, considero que eres un tipo muy atractivo y creo no ser solo yo quien opina de esto. ¿ Y tu te encuentras atractivo?.
-Si fuera mujer, creo que si, me gustaría- dijo riéndose.
-Si yo fuera hombre, también me gustaría. Eso lo dije con toda la sinceridad del mundo.
-Entonces brindemos por esas personas de la cual se hubiesen enamorado de nuestras apariencias o sea nosotros mismos con el genero sexual distinto.- Esto lo dijo con una seriedad que mas que eso desprendía una sinceridad absoluta.
-Si brindemos por ellos- le respondí mientras entrelazabamos nuestra copas de vino.
-Bueno, más bien por nosotros- Me dijo. Y nos llevamos nuestras copas a nuestros respectivos labios. Luego añadió- Eso quiere decir que estamos conformes de quienes somos físicamente. Eso es excelente para toda nuestra auto estima.
-Tienes razón- Le respondí.
Franco parecía conocerme demasiado. Era como si supiera todo el secreto que yo ocultaba y que temía de que alguien de “mala leche” se enterará y talvez de ello pudiese hacerme daño y mas ahora que estaba convertido físicamente en una mujer bella pero a la vez con toda esa debilidad que conlleva al mal denominado “sexo débil”.
CONTINUARÁ.

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