lunes, 29 de septiembre de 2014

METAMORFOSIS DE HOMBRE A MUJER CAPITULO 19



MI CITA CON FRANCO.

Franco se retrasó un poco en ir a recogerme al departamento situación que agradecí porque eso me dio tiempo para arreglarme y verme lo mas linda posible para la ocasión. Desde mi perspectiva de hombre sabía muy bien como maquillar y arreglar para hacer lucir hermosa a este cuerpo que ahora habitaba, era una tarea demasiado sencilla y simple. Si hasta cuando me levantaba de la cama por la mañana con el cabello desordenado y el rostro soñoliento al mirarme al espejo, aun así podía contemplar un bello rostro derramando esa sensualidad que nunca había dejado de admirar en las mujeres y que ahora felizmente podía ser yo quien transmitiera esa cuota de encanto de la cual me sentía realizado de poseer en mi persona.
Me puse un vestido un poco mas elegante, de color celeste que me llegaba mas arriba de la rodilla. Me miré en el espejo para revisarme como lucía mi redondo trasero en el espejo mientras acariciaba mis nalgas tocando y palpando mi ropa interior blanca, por sobre el traje que llevaba puesta en aquella ocasión. Los zapatos de taco alto hacían que mi cola resaltara mas aun, luciendo firme y vigorosa. No me puse medias de nylon siempre las había detestado y porque el calor del verano arremetía con fuerza aun cuando la noche ya comenzaba.
Cuando bajábamos por el ascensor una niña de unos 12 años me saludó preguntándome si era nueva en el edificio, se llamaba Paulina. Luego me dijo lo linda que lucía y que cuando fuera grande le gustaría ser como yo. Franco sonreía ante cada pregunta que me hacía la chiquilla. Cuando el se alejó hacia el mesón de entrada del edificio en que se encontraba Manuel el conserje, le pregunté a Paulina.
- Dime la verdad ¿Se me notan los calzones?
- Según mis hermanas mayores dicen que esa es la idea. Oye tu pololo es lindo.
- No, él no es mi pololo.
- Pero si es lindo. ¿verdad?
No supe que responder, pero creo que Paulina tenía razón Franco era el hombre que cualquier mujer desearía; alto atlético, bello, profesional, rico e inteligente. Una copia del hombre del cual se podría llamar perfecto. ¿Es que acaso los hombres así verdaderamente existían? Al parecer si, y yo me había topado de frente con uno de ellos.
La niña comentó.
-Tu y el harían linda pareja.
Me agache hacia ella para preguntarle casi al oido al ver que Franco se acercaba.
-¿Por que piensas que el y yo somos afines?
- No lo sé, solo lo veo así.
Franco interrumpió el dialogo.
- ¿Haber de que hablan estas lindas señoritas?
- Cosas de mujeres- Le respondí. ¿No es así amiga?
- Correcto- dijo la niña, como feliz de haberse ganado mi confianza.
Una vez más me sentía dando otro paso agigantado hacia la aceptación de que ya estaba asumiendo de un modo natural que era una mujer en toda mi dimensión. Sin lugar a dudas me sentía plenamente una mujer.
Me despedí de la niña más inquieto aun mientras Franco se acercaba para acompañarme hacia su automovil.
Llegamos a un restaurante bastante elegante ubicado en el barrio alto de la capital. El desplegó en todo momento sus actitudes de un auténtico caballero, cumpliendo su rol de protección hacia mí. Me llevó “tomada” de la cintura hacia la mesa reservada con anticipación, mientras un mozo que al parecer conocía muy bien nos indicaba el lugar de la reserva. Franco me acomodó la silla para que me sentara; luego el busco la suya para ubicarse frente a mi a tiempo que el mozo nos entregaba “la carta con el menú”. En un año trabajando como ejecutivo bancario había aprendido a conocer una variedad de “menúes” propios de los restaurantes elegantes a los que a partir de ahora comenzaría a frecuentar.
Degustamos la cena mientras platicábamos. Evitaba hablar sobre mi niñez y curiosamente el tampoco se refería a la suya. Me preguntó por mi novio y tuve que confesarle que mi relación con Jaime estaba bastante deteriorada sobre todo cuanto le comuniqué que me iría a la capital a asumir este importante cargo que me habían ofrecido y en el cual mi carrera se proyectaría en una forma meteórica la cual me permitiría realizarme profesionalmente.
El me escuchaba atentamente y no podía dejar de mirarle esos tremendos ojos verdes que me observaban con una ternura que yo en mi vida había sentido desde los ojos de un hombre. ¿ Pero que locuras me estaba imaginando? ¿Cómo podía yo estar pensando ese tipo de cosas? ¿Cómo podía estar difariando de ese modo por la mirada de un hombre? Lo cierto que el brillo de su pupilas me hacían sentir de algún modo cosas que yo sabía que se podían sentir y en esta piel de mujer era bastante extraña la forma de palparlas. El mozo volvió a interrumpirnos al ofrecernos el aperitivo. Tomé aquel sour de un dos por tres no sé si para calmar mi ansiedad y nervios o fue por la fuerza de costumbre sin pensar que ya no habitaba mi antiguo cuerpo varonil. El asunto es que aquel licor me anduvo mareando con bastante rapidez. Eso ya lo había experimentado sabía que esto me ocurría desde que estaba este maravilloso cuerpo de mujer. Por lo tanto debería ser mas precavido, no debía dar una mala imagen a aquel hombre que me estaba pavimentando el camino a mi carrera profesional.
Aún no comenzábamos a cenar cuando una mujer bastante atractiva se acercó a nuestra mesa y le habló con un tono bastante duro a Franco como demostrando que había un cierto grado de confianza entre ambos.
-Así que por esta “huevona” me dejaste desgraciado e infeliz- Le dijo en un tono bajo. Era una mujer distinguida por su manera de vestir, a pesar que su vocabulario hechara por tierra su apariencia pero como decimos aquí en chile por lo menos tenía “la cara de cuica”.
-Priscila, no quiero escandalos aquí por favor- Le dijo Franco poniendose de pie para enfrentarla.
Yo por mi parte permanecí sentado solo expectante a lo que sucedía y con unos nervios que me carcomían en ese instante de apremio al que me veía sujeto.
Ella me encaró a mí.
-Dime bonita, ¿De dónde saliste? Tienes una cara de trepadora que ni te la puedes,
-No la insultes. Ella es Ingeniera comercial y trabajará conmigo- Le contestó Franco tratando de defenderme.
-Franco Polic. Te desconozco. Desde cuando te estás fijando en chulas con cartón universitario.
Franco la tomó de un brazo y la sacó del lugar. La mujer miró hacia su alrededor y no opuso resistencia. En ese momento creo que mas de alguien se estaba dando cuenta de la situación y esto me puso más nervioso y de pura ansiedad sentí unas ganas enormes de ir a orinar.
Franco volvió enseguida y le indiqué que quería ir al sanitario. El me tranquilizó por la situación vivida y me indicó el camino hacia el wc. Aún así lo noté molesto por lo que había tenido que enfrentar.
Entré al servicio sanitario de damas era un lugar muy elegante y amplio distinto a los lugares de ese tipo a los que yo había asistido. Ingresé a una de las casetas sanitarias; me baje mis calzoncitos y me senté comodamente en el sanitario.
Dos tipas acababan de entrar. Sólo escuchaba sus voces detrás de la puerta .Una le dijo a la otra.
-¿Te diste cuenta del escandalo que quizo armarle Priscila a Franco?
.Si. Creo que ella no soporta la idea de que el la haya dejado.
-¿Y quien es la tipa que lo acompaña?
.No la conozco. Es muy bonita, pero se nota que no es de alcurnia.
-Creo que a Franco le incomodó la situación en que se vio envuelto.
-Una persona conocida como él es ovbio que no pasa deparcebido y a su familia no le gustan los escandalos.
.Con los que se ha visto envuelto su hermano es suficiente para ellos.
Franco no es de los que tienen fama de mujeriego. El es de bajo perfil era ovbio que la relación con Priscila no iba a resultar.
Ambas mujeres se retiraron del lugar, y no alcancé a escuchar lo que siguieron platicando a cerca de aquel hombre que comenzaba a interesarme .
Franco sin duda era el hombre ideal que cualquier mujer querría para que fuera su esposo, y eso era lo que le molestaba a su exnovia que seguramente pensaba que yo era la causa del término de aquella relación. Por lo que habían platicado aquellas dos mujeres los Polic eran bastante conocidos, quizas por su poder economico o por su inportante apellido en las altas esferas de la capital chilena. Desde aquella transformación que cambiaría mi cuerpo por el de esta bellisima mujer la cual se reflejaba en el espejo al mirarlo, tambien estaba cambiando mi vida en lo social y quizas tambien en lo sentimental.

CONTINUARA

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