lunes, 10 de noviembre de 2014

Las mujeres guerreras Cap II

Gina Carano es Helen



Se llevo las manos a la cara no podría entender lo que había
pasado, no podría ser a hora una mujer, hace unos minutos pensaba que tendría una
horrible muerto pero esto le superaba. Miraba sus frágiles manos e intentaba
darle sentido a todo aquello, su cuerpo estaba mojado y lentamente se fue
 helando. Me
pequeño laser que siempre llevaba consigo podría ayudarle. Lo cogió y pedía con
todas sus fuerzas que el agua no lo hubiera dañado. Vio delante suya un tronco apretó
fuertemente los dientes y pudo usar el laser, dio en la diana y el tronco se encendió
gracias al laser. El cielo casi infinito de aquel planeta se lleno de cientas
de estrellas y de planetas, él se había desnudado delante de aquella hoguera
esperando por fin secarse y que su ropa se secara. Acariciaba su rostro
lentamente, aquel rostro que había besado tantas veces. Miraba sus pequeñas
manos que tantas veces se habían estrechado con las suyas, acaricio esos pechos
que se volvieron en una obsesión y una sonrisa se cruzo en su rostro.

Recordaba hace unos meses como en la última misión lo perdió
todo, tenia memorizada como su comando partió hacia aquella luna de Saturno. Como
fueron a salvar una colonia de unos terroristas, desde el primer momento Helen presentía
algo negativo en todo aquello. Presentía que seria nuestra última batalla. En
su lecho de amor ella solo sabia relatar un suelo premonitorio de su muerte,
pero John solo supo reír sin cesar. Pasara lo que pasara el salvaría a Helen. Delante
de la hoguera hundió su cabeza entre sus brazos intentando acallar el dolor,
apretaba con fuerza los dientes cuando volvía ese recuerdo una y otra vez. Los terroristas
les esperaba en una cruenta emboscada y todo salto por los aires, aun recordaba
como tenia el cuerpo de su amada lleno de sangre y como ella le pedio el ultimo
beso antes de morir.

Se levanto lleno de rabia, su cuerpo femenino se iluminaba
por el fuego dela hoguera. Se miraba una y otra vez su nueva forma. No entendía
como tendría que arrastrar con el cuerpo de una persona que una vez amo.

John estaba maniatado y de rodillas en la habitación. Miraba
a su alrededor y solo podía ver los cuerpos de sus compañeros sin vida, habían sido
eliminado cruelmente. Sintió como el rifle de asalto se poso en su frente y
solo pidió que la muerte le llegara pronto. Levanto su mirada y solo podía ver
los ojos pichados en sangre de Marcus. Un
fuerte ruido se hizo con el lugar eso hizo que se despertara, ya era de día en
aquel lugar. Ese recuerdo solo había sido un maldito sueño, volvió a mirarse de
arriba a bajo pero su nuevo cuerpo no era un sueño. Al vestirse miro a su
alrededor, era infinitamente verde todo aquello. Solo esperaba que habiendo una
atmosfera respirable encontrara a seres inteligentes o por lo menos que su
muerte no fuera dolorosa. Comenzó a adentrarse por aquel lugar, fue penetrando
en aquellas espesas selvas. Era algo tan desconocido para el ya que jamás había
visto su tierra natal con vida, solo cubierta por hormigón. El sol pegaba con
fuerza al atravesar aquel lugar, en la lejanía podía escuchar extraños ruidos
de animales. Se sentía demasiado indefenso por no tener ninguna arma y mas débil
por ser a hora una mujer. Al pisar una rama sintió como cientos de ojos se clavaban
en el, como algo se relamía al verlo andar. Se paro en seco dispuesto a salir
corriendo con todas sus fuerzas, vio como ese gran monstruo se acercaba a él. Sentía
como esa cosa peluda de cientos de ojos y cientas de garras le olía sin cesar. Sentía
como una asquerosa lengua fue acariciando su delicada piel, sin pensarlo dos
veces cogió su laser del bolsillo. Trago saliva y quemo aquel ser en todo el
rostro, cuando comenzó a gritar sin cesar pudo al fin salir corriendo.

blog de elizabeth

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