domingo, 16 de noviembre de 2014

Las mujeres guerreras Cap III

Emma Watson es Draxen
Corrió con todas sus fuerzas por la frondosa selva, apartaba
de su rostro las plantas que le rodeaban. Sus pies se pararon en el principio
del precipicio, se paro en seco al ver la caída. Se resbalo una gota de sudor
por su frente al escuchar como las pisadas se acercaban hacia ella. Una gran
sombra creció ante ella, al querer girarse sintió como la gravedad le atraía al
precipicio. Comenzó a gritar sin cesar cuando caía por la llanura, no dejaba de
rodar, sentía como la tierra le rodeaba sin cesar y como parecía que no tenía
fin su caída libre. Su cuerpo se detuvo y ella abrió los ojos. Suspiro de alivio al poder estar a salvo de aquella bestia y a ver sobrevivido a la
caída. Sus ojos se abrieron como platos al ver aquello, era increíble pero eran
unas enormes ruinas de algo que existió en aquel planeta. Comenzó a entrar
hacia aquel lugar, un sitio con millones de años a sus espaldas. Sus ojos se perdían
en sus grandes murallas y en sus extraños dibujos. Parecía que un ser
desconocido hubiera exterminado con toda la población, un dios borracho de
poder. Todo aquello parecía tan enorme y ella se sentía tan diminuta. Unos extraños
ruidos se escucharon a lo lejos, unos ruidos que rebotaban entre las ruinas de
aquel lugar. Escondida pudo ver un grotesco espectáculo, varios seres vestidos
con disfraces de plumas y huesos tenia atada a una joven. Una cría de unos dieciséis
años, que estada semidesnuda y su piel estaba manchada de polvo y mugre. Alrededor
de ellos había amontonado cientos de huesos y carne podrida. Respiro profundamente
en su escondite, parecía que se pegarían un banquete con la chica.

Miro a su alrededor pudiendo ver una piedra, la cogió con
cuidado comprobando su peso. Se haría la heroína para salvar a la chica,
suspiro y pensó fríamente. A hora era Helen y ella lo hubiera hecho son pregúntaselo
dos veces.

Los extraños personajes afilaron unas enormes espadas, esa
noche aparte de sacrificar a una cría a sus dios se pegarían un festín. Una piedra
a toda velocidad choco contra la cabeza de uno de ellos, dejándolo tirado en el
suelo sin sentido. El otro individuo vio a la chica y la señalo con su espada.

-Morirás-Grito con su horripilante voz.

El extraño ser la ataco con la espada y ella se comenzó a
defender de los ataques con la piedra, paraba esa espada sin cesar. Un fuerte
golpe en el rostro hizo que callera de espaldas y apareciera un charco de
sangre.

La chica atada intento hablar quería que le desatara, Helen
se acercó a uno de sus atacantes que estaba tirado en el suelo. Le quito la
mascara de hueso y plumas, pudo ver que era una mujer con los dientes
retorcidos y afilados. Cogió su laser y desato a la chica, esta al sentirse
segura se puso de rodillas ante ella.

-Tu me as salvado, te debo la vida-Dijo la chica-Quiero
seguirte a donde vallas.

Helen se quedo sorprendida ente aquello, la chica se levanto
y se acerco a ella y fascinada vio el tatuaje de los marines que llevaba en el
hombro.

-De que clan perteneces-Pregunto.

-Me llamo mmm Helen y no pertenezco a ningún clan-Dijo
Helen-Tu quien eres.

La chica se llevo la mano al pecho y sonrió, sonrió con esos
dientes negros.

-Soy Draxen y soy una oscura-Dijo Draxen.

-Una oscura?-Pregunto Helen.

La chica sonrió y la miro a los ojos a su heroína:

-Tienes hambre Helen yo soy buena cocinera-Dijo Draxen

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