lunes, 5 de enero de 2015

Las mujeres guerreras Cap XI

sigourney weaver es Tranner
El viento paseaba por el gran monte lleno de margaritas, el
sol brillaba con fuerza a las puertas de los primeros días de verano. Sara
estrenaba un bonito traje que su padre le había regalo para su cumpleaños, era
lo mejor que podía esperar tras los largos meses que pasaba fuera de casa.
Sentada entre la hierba y con una sonrisa miraba las flores que tenia entre las
manos. Miro a su lado pudiendo ver a su hermano Dexter, podría que fuera su
hermano pero sentía algo de miedo por la forma que se comportaba, hace meses
que no conocía a su hermano gemelo, parecía que algo en su cabeza se había
roto, su comportamiento era tan siniestro a veces.

Dexter se sentó a su lado y se quedo en silencio, los dos
hermanos eran casi como gotas de agua, les separaba su sexo y sus pensamientos.
Los dos pasaban largo tiempo juntos cuando su padre se iba de negocios y
parecía que Sara se quedaría totalmente sola, su hermano le dijo que se
alistaría a la marina. Ella pensaba que el cambio de su hermano era por eso, el
saber que la dejaría para largo tiempo. Dexter se acercó a ella y le acaricio
el cuello, los dos jóvenes se miraron a los ojos, Sara con miedo al sentir que
las manos de Dexter le estaba presionando el cuello. La chica se defendió con
todas su fuerzas asta que su corazón dejo de latir a la falta de oxigeno.

En el verde y enorme monte quedo el cuerpo de Sara mirando
el gigantesco cielo azul que le rodeaba.

Sara se despertó delante de la fogata dela tribu, había
vuelto a tener ese sueño pero esta vez era mas destructivo que antes, un
recuerdo del pasado que le hacia a hora mas daño. Se acarició el rostro, ese
bonito rostro y ese largo pelo negro.

-Porque me matasteis??

Sara sonrió erráticamente cuando una lágrima se derramo por
su rostro:

-Te iba a dejar solo quería que estuvieras conmigo y que no
estuvieras sola, eras mía y de nadie mas.

-Me quitaste la vida.

-Tu vida era mía y no quería que ningún otro hombre te
poseyera.

-Te odio.

-Pero nadie jamás nos separara nunca más.

Sara se abrazó fuertemente y grito con fuerza, a hora era
aquella mujer que mato hace años, a hora era su débil hermana. Se levanto para
dar una vuelta, quería que su mente se despejara. Necesitaba descargar el odio
que tenia en su mente, vio a Kreller afilando su espada en la herrería, una
líder que le gustaba tener sus armas a punto y bien afiladas. Le gustaba que
por su afilado filo se resbalara la sangre.

-Que te pasa Sara?

-Siento dolor en mi mente y no se como calmar a Sara.

Kreller metió en el agua su arma y vio como se enfriaba.
Miro a Sara y supo lo que tendría que hacer, su amiga quería sangre en sus
manos y lo conseguiría. Hace unos días capturaron a unas oscuras, la única raza
que no tendría que existir por su insignificancia a este mundo.

-Sabes la única manera para apagar la mente es matar, el
dolor se apaga con sangre

-Sangre? Dolor? Necesito apaciguar a Sara.

Kreller le tiro la espada a Sara y le cogió de la mano, le
gustaba estar con un ser tan sanguinario como ella y le gustaba la idea que
matara a una asquerosa oscura.

-Sara tengo tu presa una asquerosa oscura que espero que le
cortes en pedazos.

Las dos mujeres fueron a las celdas donde había encerrada
una joven oscura, que sollozaba tirada en el suelo, lloraba al no saber como
era su destino. Kreller abrió la puerta y miro a Sara con una sonrisa:

-Lo primero que tenemos que hacer las Saquian es exterminar
a esta raza inferior. Acaba con ella.

Para Kreller las oscuras era una raza inferior que tenia que
desaparecer de sus territorios, no había nada mas que le repugnara que su
presencia, por eso las cazaba y disfrutaba con sus torturas.

Sara entro en la celda y cogió a la joven por el pelo, la
chica grito de dolor. Comenzó a infligirle pequeños cortes bajo los ojos de
Kreller que disfrutaba con aquella visión.

-Es esto lo que quieres Sara que mate, que destruya para que
dejes de torturarme.

El cuchillo se clavo en el estomago de la joven oscura
haciendo que callera encima del charco de sangre. Kreller vio aquello y se
acercó a Sara, no había nada que le excitara tanto como ver matar a una oscura.
Le acaricio el rostro y le miro a los ojos:

-Tú me ayudaras a acabar con esa maldita de Tranner.

Draxen se despertó al sentir como algo le atravesaba el
estomago, supo aquel momento que alguien de su raza había sido asesinada. La
chica comenzó a llorar por aquella victima, las oscuras mas jóvenes están
unidas por un fino hilo síquico que se rompe por la edad, pero cuando eran
adolescentes era un fuerte lazo.

Helen se acercó a la fogata, tenía tantas cosas que pensar.
Tantas cosas que había sentido aquella noche, podría ser que aquella Lennia
estuviera haciéndose un hueco en su corazón. Miro las llamas esperando que sus
ideas fluyeran poco a poco, escucho en la oscuridad como si alguien lloraba, le
pareció escuchar el sufrimiento de alguien. De la oscura noche se abrió paso
hacia la fogata Draxen, la jovencita se limpiaba las lagrimas y a un tenia los
ojos colorados por aquello.

-Draxen que te pasa?

Le miro a los ojos entristecida por a ver sentido el
sufrimiento y la muerte de una hermana.

-Sentí como una oscura como yo era asesinada, sentí sus
últimos gritos, sentí sus últimos segundos de dolor en mi corazón.

-Como?

-Desde que nacemos las oscuras estamos unidas por nuestras
almas, sabemos donde encontrarnos y sabemos cuando defendernos. Esos lazos se
rompen cuando crecemos y a hora una maldita loca de las Saquian ha matado a una
hermana.

Draxen miro sus manos, sintiéndose perseguida y sintiendo en
su alma que jamás tuvo que existir, como su raza tenia que desaparecer. Helen
al verla tan derrotada le dio un abrazo a su amiga, le miro a los ojos y le
contaría una historia.

“escúchame una cosa, en el sitio de donde yo vengo se
intento exterminar muchas razas, la locura sin límites de muchos locos pensaban
que los débiles tendrían que morir. Pero en vez de desaparecer luchemos hasta
el final. En mi historia hay razas como la tuya que nunca desaparecen, tu estas a mi lado y estarás a salvo para
siempre, jamás conseguirán exterminaros. Me escoas nunca”

Las dos chicas se quedaron mirando por unos instantes el
fuego, Draxen estaba más segura al estar con Helen su heroína y ella no quería
que ella volviera a llorar. En el silencio Lennia había escuchado a Helen,
sintiendo que había algo mas que una guerrera en ella.

Tras la larga noche de celebración y placer el pequeño
poblado volvía a despertar. Tranner estaba bastante preocupada en su trono al
ver como pasaba el tiempo, hace casi tres semanas que un grupo de cazadoras
fueron a la zona gris y ya no tenían noticias suyas. Ni siquiera un maldito
mensaje por ave mensajera. Lo único que habían dejado era el mapa de donde
estarían acampadas. Tranner salió de su tienda y toco con fuerza el cuerno de
reunión.

Helen estaba en el lago intentando pensar en lo que paso
hace unas horas junto a Draxen, pensaba que la locura de los holocaustos era
cosa de la tierra. Pensar que había gente como las Saquian que había marcado
una raza para que tuviera que desaparecer. Sintió como alguien le cogía
fuertemente por la espalda de una forma tierna y con afecto, Lennia estaba junto
a ella y se sentía tan orgullosa con ella.

-Helen escuche lo que le decías a Draxen por la noche, eres
una guerrera muy especial también te mueves con tu corazón.

Helen se giro y miro a Lennia acariciando su rostro, le
sonrió y se atrevió a mirarla a los ojos con una leve sonrisa.

-Sabes lo que quiere que haga mi corazón.

-El que?

Le dio otro beso en la boca, este beso no era una apuesta de
supervivencia, era un beso de aprecio y posiblemente de amor. Se abrazaron con
fuerza alargando ese momento asta el infinito. Pero escucharon el sonido del
cuerno de la reunión, Lennia cogió de la mano a Helen:

-Corre mi madre a convocado una reunió……

Al llegar las dos chicas vieron un gran numero de guerreras
al lado de Tranner escuchándola en silencio, desde hace muchísimo tiempo el
tocar el cuerno significaba tener una noticia que dar.

Draxen vio a sus amigas y se acercó a ellas, miro a Helen en
silencio. Le pareció raro que ella y Lennia estuvieran juntas, pero todas esas
ideas escaparon de su mente al sentir como Helen apoyaba su mano en su hombro,
ella se quedaba en silencio suspirando. Tranner miro a las guerreras y suspiro,
era urgente ir a buscar a las cazadoras de las zonas grises. Las zonas grises
eran donde estaban las mejores presas de la zona, cada varios meses una
frondosa niebla se hacia con la zona por eso su nombre.

-Guerreras, hoy partiremos en busca de las cazadoras que
tardan tanto en volver, temo por sus vidas ya que no hemos recibido ni siquiera
un mensaje.

Su mirada fue hacia Helen y le señalo:

-Espero que vengas conmigo Helen y tu amiga la oscura
también.

Draxen trago saliva al saber lo que eran las zonas grises,
Helen asintió con la cabeza y miro a su amiga:

-Zonas grises? Draxen…..

-Nunca a veis ido las marines a las zonas grises? Se llama
así por que cada varios meses aparece una espesa niebla que dura una larga
temporada.

-mmm, perfecto lo tenia en la punta de la legua.

Lennia miro a Helen y se preocupo demasiado por aquello, por
si le pasaba algo a Helen, podría acariciar su rostro y besarla dándole ánimos
para que volviera. Pero solo pensar en enfado de su madre le quitaba las ganas.
Lennia le susurro algo al oído a su amiga.

-Quiero verte antes de partir………entiendes Helen.

Tranner se cruzo de brazos y miro a las guerreras, le
preocupaba demasiado lo que pasaba y perder mas aquella zona de cacería era
demasiado grabe para ella.

-Partiremos antes de la salida del sol….

Helen se quedo pensativa tras el trato de la última noche
con Lennia, que había echo volvió a enamorarse otra vez, otra vez tendría que
preocuparse por alguien, otra vez tenia a alguien por quien luchar, alguien por
quien sobrevivir.

Draxen se había quedado pensativa, se había dado cuenta de
que algo estaba cambiando, Helen y Lennia se miraban de forma diferente. De dio
cuenta que sus manos se cogieron. Tendría que estar acostumbrada de nunca
encontrar a nadie para enamorarse y si lo hacia sabia que le romperían el
corazón, su corazón era pura timidez y solo sabia suspirar desde lejos por un
nuevo amor. Solo estar junto a Helen era lo único que deseaba, sabiendo que su
trato jamás pasaría de ser como amigas o como hermanas.

Cuando acabo la reunión
Draxen y Helen se quedaron solas.

-Helen puedo preguntarte una cosa-Le dijo Helen tímidamente.

-Que pasa pequeña.

-Tu y Lennia…..

-Se nota tanto.

Helen le llevo las mano al hombro de Draxen sonriéndole,
jamás había entendido a las mujeres y a hora forzosamente era una de ellas.
Poco a poco entendía el juego. Una cosa era amor y otra cosa era cariño y
hermandad.

-Tendrás que esconderlo, es nuestro secreto. Eres como mi
hermana pequeña se que nos guardaras el secreto…………no es así cariño.

Draxen se quedo perpleja al escuchar “cariño” jamás lo había
escuchado pero lo mas seguro que era una palabra cariñosa de las marines. Ella
a Helen le guardaría cualquier secreto por estar a su lado, le guardaba el
secreto de estar enamorada de ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario